Ciencia y Sociedad – Zientziaz Blai 2025

Vivimos en una época en la que los mensajes sobre los avances científicos y tecnológicos se han vuelto omnipresentes en los medios de comunicación y en los discursos institucionales. Se nos dice, una y otra vez, que la innovación tecnológica es la llave maestra que abrirá la puerta a la solución de todos los grandes problemas que enfrenta la humanidad: el cambio climático, la escasez de recursos, las crisis energéticas, la pobreza, las pandemias. Sin embargo, este discurso dominante suele estar impregnado de un tecnooptimismo que, en muchos casos, resulta excesivo y hasta contraproducente.

Este tecnooptimismo, que presenta la tecnología como una especie de varita mágica capaz de resolver cualquier conflicto sin tocar los fundamentos del sistema económico y social, no solo es ingenuo, sino que muchas veces responde a intereses concretos. Gran parte de esta narrativa está impulsada por sectores empresariales y financieros que ven en la tecnología una fuente de rentabilidad, inversión y expansión de mercados. Industrias como la de las energías renovables, la inteligencia artificial o la exploración espacial necesitan mantener la ilusión de un futuro brillante, tecnológicamente resuelto, para sostener su legitimidad y captar recursos públicos y privados. Esta instrumentalización del discurso tecnológico suele ocultar el hecho de que muchas de estas soluciones no están pensadas para beneficiar a la mayoría, sino para proteger los intereses de una minoría.

Esto no quiere decir que la tecnología no tenga un papel importante que desempeñar. De hecho, en áreas como la transición energética, la adaptación al cambio climático o la mejora de la eficiencia de los sistemas productivos, el desarrollo tecnológico es fundamental. Pero también es evidente que, por sí sola, la tecnología no basta. Ninguna innovación técnica podrá sustituir la necesidad de tomar decisiones políticas valientes, de replantear nuestros modos de vida, de modificar estructuras económicas que dependen del crecimiento continuo y del consumo desmedido de recursos. La creencia de que con suficiente inversión tecnológica podremos evitar hacer sacrificios, cambiar hábitos o repensar el modelo de desarrollo es una forma de negacionismo disfrazado de progreso.

Un caso paradigmático es el de la exploración espacial. Si bien tiene un valor científico y cultural innegable, la idea de que podríamos colonizar otros planetas como “plan B” ante el colapso ambiental de la Tierra no solo es tecnológicamente inviable en el corto o mediano plazo, sino profundamente elitista. No estamos ante una solución realista para la humanidad, sino ante una fantasía escapista que refuerza la idea de que no es necesario cuidar el planeta que habitamos porque ya encontraremos otro.

En última instancia, debemos preguntarnos si la tecnología podrá realmente resolver la creciente demanda energética y de materias primas en un mundo que se acerca peligrosamente a los límites físicos del planeta. La respuesta más honesta es que, aunque la tecnología puede ayudar a mitigar algunos impactos y mejorar la eficiencia, no puede crear materia ni energía de la nada. El planeta tiene límites biofísicos concretos —desde minerales críticos hasta agua dulce— que no pueden ignorarse ni superarse solo con innovación. Por eso, es urgente promover no solo una transición tecnológica, sino también una transformación cultural, política y económica que apunte a una relación más equilibrada con la naturaleza, a la redistribución de la riqueza y al replanteamiento profundo de nuestras prioridades como civilización.

La ciencia y la tecnología deben formar parte de la solución, pero no pueden ser la única respuesta. Necesitamos menos tecnooptimismo acrítico y más tecno-realismo: una mirada que reconozca el valor del conocimiento y la innovación, pero que no pierda de vista los límites del planeta ni los intereses que muchas veces impulsan las promesas tecnológicas. Solo así podremos avanzar hacia un futuro que no solo sea técnicamente posible, sino también justo, habitable y verdaderamente humano.

En Zientziaz Blai 2025, el próximo sábado 10 de mayo a las 17:30, en Hika ateneo (Eskola Zumarkalea 1, Bilbao), ahondaremos en este aspecto y en el papel de los avances científicos y tecnológicos hacia un futuro más justo y sostenible. ¿Qué evidencia hay sobre esas promesas científicas y tecnológicas que nos llegan desde distintas áreas del conocimiento? ¿Realmente hay espacio para el tecnooptimismo? De la mano de 4 expertos de distintas áreas del conocimiento profundizaremos en estos asuntos para cada una de sus temáticas.

Las charlas y los/as protagonistas de la actividad se exponen a continuación:

Futuros (y pasados y presentes) socio-técnicos: ¿cómo de responsables y abiertos?

Las últimas décadas han sido testigo de una serie de transformaciones en el ámbito de la política de investigación e innovación europea en lo referente a los modos de concebir las relaciones entre la ciencia, la tecnología y la sociedad. Parte de estas transformaciones se ha centrado en el desarrollo de propuestas orientadas a incentivar y facilitar una investigación e innovación socialmente más alineadas, o responsables. Esta presentación se centrará en exponer algunos de los antecedentes, rasgos y promesas a futuro característicos de programas tales como “Ciencia con y para la Sociedad”, de cuya visión general participan iniciativas del tipo RRI (Responsible Research and Innovation) u Open Science. Se argumentará la necesidad de matizar el alcance de esta serie de propuestas en un contexto donde parece predominar la búsqueda del beneficio económico y la ventaja tecno-industrial.

Hannot Rodríguez es Profesor Agregado del Departamento de Filosofía de la Universidad del País Vasco UPV/EHU (Facultad de Letras), y miembro de la Cátedra Miguel Sánchez-Mazas y del grupo de investigación PRAXIS (UPV/EHU). Ha sido investigador posdoctoral en el Consortium for Science, Policy & Outcomes (CSPO – Arizona State University) –en tanto beneficiario de una ayuda del Gobierno Vasco (2009-2010)—, y dispone de varias publicaciones de impacto internacional sobre temas relacionados con la gobernanza del riesgo científico-tecnológico y la innovación responsable.


Baterías para un futuro sostenible

La transición energética y la electrificación de la sociedad se presentan a menudo como soluciones tecnológicas capaces de revertir la crisis climática y garantizar un futuro sostenible. En esta charla abordaremos el papel central del almacenamiento de energía, y en particular de las baterías, en este proceso. Exploraremos qué avances reales se están logrando en el desarrollo de nuevas químicas más sostenibles y accesibles, como alternativas al litio, y qué retos científicos, técnicos y sociales persisten. A partir de la evidencia científica y una mirada crítica, reflexionaremos sobre hasta qué punto podemos confiar en la tecnología como único salvavidas, o si es necesario redefinir el progreso desde una perspectiva más justa y realista.

Montse Casas-Cabanas es profesora Ikerbasque y directora científica del área de Almacenamiento Electroquímico de Energía en CIC energiGUNE, donde lidera un equipo de 130 personas. Su investigación se centra en el desarrollo de baterías de nueva generación, integrando sostenibilidad, química del estado sólido y técnicas avanzadas de caracterización. Es reconocida por sus aportaciones al estudio de los mecanismos de reacción en electrodos mediante experimentos operando, así como por el desarrollo de nuevos materiales y métodos de análisis. Participa activamente en iniciativas europeas como Battery 2030+ y BEPA, y forma parte del equipo técnico promotor de la spin-off BasqueVolt.

 


¿Nos iremos a Marte? La era espacial en el contexto de la crisis ecosocial

Los cambios frenéticos que la humanidad ha experimentado en las últimas décadas han ido acompañados del inicio de los viajes espaciales, que se han convertido en una bandera del progreso tecnológico. Al mismo tiempo que nuestra civilización camina hacia el precipicio de la crisis ecosocial, que solo será posible evitar a través de la voluntad política y las transformaciones socioeconómicas, nos lanzamos hacia la conquista del espacio. ¿Qué hay de real y qué hay de mito en todos estos proyectos espaciales? ¿Qué papel debería jugar el sector espacial en el contexto de la crisis ecosocial? ¿Queda esperanza para el romanticismo, el pacifismo y la bondad en la exploración espacial?

Jorge Hernández Bernal es doctor en física por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) especializado en el estudio de la atmósfera del planeta Marte. Actualmente trabaja como investigador CNRS en el Laboratorio de Meteorología Dinámica, en la Universidad de Sorbona en París, y forma parte del equipo científico de varias misiones científicas a Marte.  Interesado en múltiples áreas del conocimiento y su relación con la astronomía y el espacio, en paralelo con su carrera investigadora ha desarrollado su interés hacia la relación entre ciencia, tecnología, y sociedad.

 


 

 Tecnooptimismo en medicina: ¿utopía, herramienta o trampa?

Se abordará el auge del tecnooptimismo en el ámbito médico, analizando con mirada crítica y equilibrada si la creciente confianza en la tecnología —y especialmente en la inteligencia artificial (IA)— está justificada, matizada o sobredimensionada. Veremos qué herramientas tecnológicas están detrás de la promesa de futuro entorno a diagnósticos, tratamientos y prevención personalizados, pero sobre todo, intentaremos responder si estos avances van a mejorar la calidad de vida de todos o si aumentarán los sesgos en el ámbito de la salud.

Amaia Méndez Zorrilla es Ingeniera en Telecomunicación y Doctora en Ciencia de la Computación por la Universidad de Deusto. Actualmente, es Profesora titular en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto, y miembro del equipo de investigación eVida. Ha participado y liderado multitud de proyectos a nivel regional e internacional, y publicado numerosos artículos científicos. Sus intereses de investigación se centran en la ingeniería biomédica y en la aplicación de las TICs para la mejora de la salud y la calidad de vida, así como para afrontar los nuevos retos que nos proponen las tecnologías disruptivas en estos mismos ámbitos.


 

Te animamos a asistir, disfrutar de las charlas y debatir con las personas expertas sobre el papel de la ciencia y la tecnología en nuestro futuro.

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Zientziaz Blai está organizado por la asociación para la divulgación científica LOGOS elkartea y cuenta con la colaboración de la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco UPV/EHU, la correduría de seguros 5001 Bilbao, el centro de investigación BCMaterials, los espacio culturales Hika Ateneo y Sarean y la Coordinadora de grupos de Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala.